La iniciativa en un principio era diseñar
espacios domésticos alterados por la convivencia de varias culturas en un mismo
espacio, acotando estos espacios a una sociedad que oscila entre los 18 y los
30 años de edad, estudiantes. Investigando apareció la universidad Minerva,
cliente perfecto para desarrollar esta inquietud.
Minerva es una nueva universidad con sede en San Francisco, donde los estudios se realizan
virtualmente, siendo como requisito indispensable tener un portatil. El plan de
esta universidad es impartir cada cuatrimestre en un lugar diferente, pasando
el primer año integro en San Francisco, donde las asignaturas serán comunes
para todos los estudios, y los siguientes tres años se impartirán las
asignaturas especificas. A partir del segundo año el itinerario será; Berlín,
Buenos Aires, Seoul, Hyderabad, Londres, Alicante, siendo esta ultima ciudad de
incorporación propia, para poder introducir la cultura mediterránea en el
itinerario.
Lo que propone la universidad Minerva es acabar con la vieja idea de
campus, es decir, grandes edificios, clubes deportivos, bibliotecas, gimnasios
y laboratorios. En lugar de invertir en el mantenimiento de los edificios y de
sus instalaciones, lo que se propone este proyecto es utilizar los recursos que
ofrece la propia ciudad, alquilar edificios residenciales y desarrollar
relaciones con el entorno urbano y la cultura del lugar.
A diferencia de la experiencia típica del campus, Minerva integra la docencia dentro de la ciudad
donde se encuentra,
enfrenta a los estudiantes con la diversidad de culturas en cada entorno
urbano, que le da un conocimiento más profundo de las diferentes personas y
culturas del mundo. Los profesores podrán vivir donde deseen, siempre y cuando
tengan conexión a internet para impartir las clases y los alumnos podrán tomar
las clases allá donde crean conveniente; pudiendo estar en un bar, en la playa,
en un parque o en su propia habitación entre otras muchas posibilidades que le
ofrece cada ciudad.
La residencia Minerva, donde se albergará a todos los estudiantes en
cada país, se compondrá de apartamentos donde dispondrán de un dormitorio para
cada dos personas y una única cocina para todos los alumnos. La meta de esta
convivencia es aprender a vivir como un adulto, de forma independiente. Al
vivir con personas de todos los orígenes se aprende a negociar sus diferencias,
se aprende a colaborar y perseverar en conjunto, el establecimiento de una
identidad unificada y un sentido de propósito común.
Nuestro proyecto se basa en escoger los sitios estratégicos de las
ciudades de destino y diseñar los espacios doméstico donde van a convivir,
siendo capaces de poder multiplicarse a lo largo de los años, debido al gran
incremento del número de alumnos por año.
Diseñar las habitaciones compartidas, el comedor y la cocina donde cada
vez cocinará un grupo distinto, los pasillos comunes donde actualmente se
reúnen, y sobretodo analizar el escenario urbano en cada ciudad, donde se va a
desarrollar el campus metropolitano. Todo estará influenciado por la cultura
del lugar donde se encuentran, siendo nuestro propósito y el de la universidad que
vivan la identidad del país como si fueran autóctonos del lugar donde están, de
este modo se podrá ir viendo como en un mismo programa los espacios pueden ir
variando.
Queremos y entendemos que cada alumno este en el lugar que esté siempre
llevará afectos personales, con lo que proponemos diseñar un artefacto
adaptable y ligero, capaz de transportarse en una maleta y que siga a los
estudiantes en su viaje por el mundo, un utensilio que sea portador de todo lo
necesario para hacer que estudiante sienta el confort y la intimidad suficiente
para soportar el día a día de una forma más liviana. Para desarrollar este
aparato la idea es hacer un taller la primera semana del primer curso, en la
que cada alumno aporta su diseño personalizado.
SAN FRANCISCO LUGARES DE CULTO